Resolver problemas es un proceso racional que sigue una serie de etapas. Con estos pasos seguidos de forma consciente podrás resolver casi cualquier problema:

Primera etapa para resolver problemas: Orientación hacia el problema. Ser un buen detective.

Busca toda la información que puedas en relación al problema que se te presenta. Puede ser de utilidad que respondas, entre otras, a las siguientes preguntas:

Qué es lo que ocurre?
Por qué ocurre? Cuáles son las causas de este problema?
Quién sufre el problema? Quien/es está/n implicados o es/son responsable/s del problema?
Cuándo comenzó el problema?
Dónde sucede el problema?
Cómo influye este problema en la valoración personal que hago de mi mismo y de los demás?
Que tan urgente es solucionar este problema?
Cuál puede ser su alcance si no lo soluciono? Que ocurrirá si no resuelvo el problema?
Cómo interfiere en mis actividades sociales, familiares, de pareja, etc.? Que me hace sentir este problema?
Que beneficios me traería resolver el problema?

Ten en cuenta tus capacidades y recursos personales. El dominio personal implica un conocimiento profundo y real de tus posibilidades y limitaciones. Esto te permitirá entender lo que realmente quieres y a tratar de alcanzarlo. Esta actitud personal es fundamental en la solución de problemas.

Segunda etapa para resolver problemas: definición del problema. La definición tiene que ser breve, precisa y resumir lo que ocurre en pocas palabras.

 1. Diferencia la información relevante de la irrelevante, la objetiva de la no verificable.Organiza aquellos factores que influyan sobre otros o estén encadenados. Identifica las causas más importantes. Diferenciar claramente problemas de apariencia similar con objetivos distintos.

 2. Establece una serie de metas u objetivos realistas para la solución del problema. Puedes armar un árbol con metas y sub-metas. Te puede ayudar pensar:

Cómo sería la situación una vez resuelto el problema?
A dónde quiero llegar?
Cuáles son los objetivos parciales para alcanzar la meta?
Que debería pasar para saber que el problema se ha resuelto?
Que cambios deberían darse en la situación? Y en mi persona?
Cómo debería sentirme? Que beneficios obtendría?
Cómo se modificaría mi vida social, familiar, etc.?
Hay algunos cambios que realmente son imposibles? Qué límites tiene para mí?
Qué me impide solucionarlo?

 3. Identificar los obstáculos que pueden surgir al intentar resolver el problema.

He tenido algún problema similar?
Cómo lo resolví?
Hay alguna estrategia que conozca y que me pueda ser útil ahora?
Poseo recursos personales suficientes o hay algo que deba conocer o aprender?
Que recursos materiales poseo para llevar a cabo un plan de acción?
Cuánto tiempo me llevará? Tengo tiempo suficiente?
Cuál será el esfuerzo que debo realizar?
Estoy dispuesto a realizar ese esfuerzo?
Hay algún factor externo a mí que pueda complicar la situación?
Alguno de estos obstáculos hace que deba cambiar las metas detalladas anteriormente?
Pueden existir factores desconocidos por mi que puedan interferir?  

Tercera etapa para resolver problemas: Lluvia de ideas.

1. Busca de forma desinteresada y libre de prejuicios alternativas de solución para el problema planteado. Para ello ten en cuenta los siguientes principios:

 

• Dar la mayor cantidad de alternativas
• Deja de lado tus juicios, prejuicios, criterios de calidad, normas o eficacia de las mismas.Abre tu mente y déjate llevar sin que te importe la utilidad de las mismas, su posibilidad real de aplicación o si será correcta. Es válida cualquier idea que se te ocurra.
• Intenta dar una gran variedad de alternativas incluyendo diferentes tipos de estrategias,  enfoques, visiones. Imagínate por ejemplo que tienes una profesión diferente a la tuya, que eres del sexo opuesto, que trabajas en otra área o cualquier enfoque que ayude a tu creatividad.

2. Ahora busca variaciones o combinaciones de las alternativas y luego elige las más relevantes, las más posibles de llevar a cabo, las que mejor se adaptan a la situación. Elimina aquellas imposibles de llevar a la práctica.

3. Con cada alternativa elegida genera nuevamente una lluvia de ideas para buscar estrategias o medios para llevar a la práctica dichas alternativas.

Cuarta etapa para resolver problemas: toma de decisiones. Decidir consiste en elegir la solución que más se ajuste a lo deseado y con menos riesgo. Para ello:

1. Toma cada una de las alternativas finalistas y evalúa las consecuencias, tanto positivas como negativas de llevar a cabo esta solución. Piensa no solo en las consecuencias inmediatas sino también a medio y largo plazo. Valora las ventajas y desventajas tanto para ti como para las personas de tu entorno, los beneficios y el esfuerzo, pregúntate por la utilidad, estima el coste económico y el tiempo de la alternativa elegida y la posibilidad de llevarse a cabo. Pregúntate por ejemplo:

 2. Compara los resultados obtenidos para las diferentes alternativas. Valora y decídete por una o varias de las alternativas combinadas. Antes de decidir es importante que estés seguro/a de que durante el proceso de decisión has considerado todas las alternativas posibles y sus posibles combinaciones. No debes improvisar ni dejarte llevar por prejuicios, una solución estándar, poco original no necesariamente es la adecuada; tampoco lo es aquella que no tenga riesgos conocidos. Debes valorar la que más se adecúa pensando que muchos de los riesgos se pueden controlar o minimizar si logras adelantarte a ellos. Es imposible encontrar una alternativa sin peligros (conocidos o desconocidos).

Hay alguna alternativa que tenga más probabilidades de ser eficaz, de lograr las metas propuestas?
Hay alguna alternativa que se adapte mejor a mis deseos, capacidad o bienestar personal?
Hay alternativas combinables?
Hay alternativas sucesivas?
Que riesgos conllevan?
Puedo controlar los mismos si me anticipo a su aparición?

3. Trazar un plan de acción. Incluye etapas y formas de implementación de cada una de las alternativas que llevarás a cabo. ¿Cómo vas a llevar a cabo la solución del problema? ¿Por dónde empezarás?, ¿qué pasos seguirás? ¿Qué tiempos tendrá cada paso o etapa prevista?

Quinta etapa para resolver problemas: puesta en práctica y verificación.

1. Ejecutar el plan trazado. Concreta y establece las sub-tareas que debes llevar a cabo de forma gradual. Establece las normas y niveles de calidad de cada tarea y asigna los recursos (humanos, tiempo, económicos, etc.) que necesites para su ejecución.

2. Realiza un autorregistro con los pasos que vas implementando apuntando los resultados obtenidos, los inconvenientes si los hubiera y tu grado de satisfacción personal. Controla el proceso monitorizando si un resultado parcial obtenido va en el camino esperado o no. Si no va en el camino esperado será necesario evaluar y corregir para seguir avanzando.

3. Realiza una autovaloración considerando si el tiempo y esfuerzo invertido ha valido la pena para ti. Si ha sido beneficioso y cuáles son esos beneficios.

4. Si el resultado ha sido positivo felicítate por los logros y vuelve a poner en práctica la técnica para resolver problemas cuando lo necesites. Puedes festejar el éxito del proceso o realizar alguna actividad de tu agrado como recompensa.

Si el resultado ha sido negativo, valora las dificultades que han surgido, las causas del fracaso y vuelve al inicio para encontrar los fallos. Evalúa la discrepancia entre los objetivos planteados, las consecuencias y los logros. Verifica si el problema ha sido bien detectado, definido y analizado o si las metas propuestas han sido realistas, antes de continuar.

Silvana Volpini