02 Oct 2014
octubre 2, 2014

Autocontrol: 5 claves

Articulos

El autocontrol es una habilidad que tienen los seres humanos de postergar, modificar y adaptar sus impulsos o actos a las diferentes situaciones del entorno según tu voluntad.

Hay muchas situaciones en las que ya has aprendido a ejercer autocontrol sobre tus necesidades o impulsos; por ejemplo: hacer pis. Cuando eras niño te hacías pis en los pañales y de a poco fuiste aprendiendo que había que aguantar un poquito las ganas de hacer pis y avisarle a mamá; más tarde ya ibas solo/a al baño y tenías la técnica aprendida y ahora de adulto incluso puedes aguantar un rato más si no hay un baño cerca. Has aprendido a controlar la necesidad de hacer pis hasta encontrar el lugar donde se hace pis. Has aprendido a postergar tu impulso de hacerte pis encima mientras buscas o te diriges al baño.

Hay muchas situaciones en la que ya eres un experto en autocontrol porque has aprendido a ejercer un control sobre tus necesidades o impulsos adaptándolas a lo que te enseñaron que es correcto. Piensa y enumera aquellas situaciones aprendidas en las que ejerces un control sobre ti mismo:

-Comer en los horarios estipulados
-Levantarte a la mañana y mantenerte despierto
-No reírte en un funeral
-No comerse las uñas

Hay muchas situaciones que al valorarlas entendemos que tienen más desventajas que ventajas y que lo mejor sería no hacerlas, o hacerlas en otro momento o lugar. Pero tenemos un deseo muy grande de realizarlas, y es cuando dentro de nosotros se produce un conflicto entre querer y no querer; entre controlarse o descontrolarse. Es como tener el angelito bueno en una oreja y el angelito malo en la otra.

A veces un lado de nosotros quiere estudiar, ordenar o limpiar y el otro quiere mirar la televisión, salir a pasear o jugar en la videoconsola. Hay una parte tuya que desea el autocontrol y la autodisciplina y quiere lograr por ejemplo un uso productivo del tiempo, la llamaremos tu parteÁngel. Y la otra quiere divertirse y escapar del autocontrol, lo llamaremos tu parte Diablito.

Tu parte Diablito no es toda negativa, en realidad es la parte que permite que seas una persona creativa, divertida, que busca la satisfacción y el placer. No tienes que matar a tu Diablito pero necesitas que sea más considerado y que no boicotee tus esfuerzos de autocontrol o autodisciplina.

Las creencias que tiene el Diablito acerca de la autodisciplina es que:

  • Nunca más disfrutará de las cosas
  • Que perderá el sentido de la diversión y la libertad
  • Que tendrá que responder a muchas responsabilidades
  • Que deberá comportarse bien y esto es igual a ser aburrido

El Diablito interior es un ser cómodo, poco ambicioso y muy rebelde que le gusta llevar la contra y decir NO!, como cuando éramos niños. El diablito te dirá al oído “nadie puede decirme que hacer, ni siquiera yo mismo.” Conoce tus debilidades, miedos, inseguridades, etc. y no dudará en utilizarlas contra ti para lograr sus cometidos y desviarte de tus objetivos. Porque sabe que si aprendes a autocontrolarte podrás ser tu propio jefe y lo controlarás también a él.

Para no dejar que este Diablito interno te boicotee lo mejor será conocerlo, esto te ayudará a poder controlarlo. Este diablito funciona de forma subconsciente pero conociendo su forma de actuar podrás transformarlo en tu ayudante.

Lo primero que debes tener presente es que ese Diablito eres tu mismo! Tú eres tu peor enemigo. Esta es una condición de ser humano. Pero al conocerlo podrás transformar al Diablito en un colaborador que te ayude a generar más recursos internos para el autocontrol. De esta manera podrás disfrutar de la autodisciplina en lugar de luchar contra ti mismo.

Veamos cuales son las técnicas de este Diablito para boicotear tus esfuerzos y autocontrol. Imaginemos que el Diablito ha realizado una pócima que está compuesta de estos 5 ingredientes, tu tarea es encontrar los antídotos para que no te afecten.

  1. Cinismo (Descarado, insolente y pesimista): siempre encuentra defectos en todo y hace de ello un mundo para poder boicotear tu plan. Te hace creer que ese plan, idea, o elección no es buena y no funcionará. Te dice al oído “No podrás aprender a controlarte”, “Es mucho esfuerzo, no lo hagas” “No estudies, es aburrido”.

Antídoto: ten confianza en tus capacidades y recuerda otros logros que has tenido en tu vida. Nivela los polos opuestos; nada es perfecto, pero no por eso es imperfecto o desventajoso. Mira las ventajas de lograr tus objetivos. Si te cierras a intentarlo has permitido que el Diablito te engañe; pero si te atreves a probar y a intentarlo empezarás a confiar en tus capacidades y empezarás a mejorar considerablemente. El antídoto sería responderle al Diablito “no supongas que no te escucho, simplemente no te creo y sé que puedo lograrlo”

  1. Negativismo: escucharás a tu Diablito que te recuerda sucesos pasados negativos de tu vida y te guiará para que veas todos los aspectos desagradables, aburridos y difíciles de tus objetivos. Escucharás que te dice al oído, “porqué molestarse en estudiar, si después de todo triunfa más un tonto que un genio…. Si total tus profesores son imbéciles, busca la forma de copiarte”. “para que hacer el esfuerzo si todo es difícil, cada uno piensa en si mismo,” “para que luchar si la vida es difícil y te terminas muriendo”…. “no gastes tu tiempo en hacer los ejercicios que te dio la psicóloga…” Si te dejas llevar por estas ideas tu cerebro empezará a buscar motivos para apoyar esas actitudes negativas porque el cerebro acepta lo que tú piensas como verdadero. Tu subconsciente no analiza las evidencias a favor o en contra de estos pensamientos, simplemente lo cree y genera las acciones adecuadas a ello. De esta forma creas una actitud negativa y un comportamiento adecuado a lo que has pensado.

Antídoto: cambia tus pensamientos negativos por unos adecuados y positivos. Las cosas suelen tener aspectos positivos y negativos es tu decisión el concentrarte en unos u otros. La actitud positiva es tu antídoto para el negativismo. El Diablito te desanimará recordándote todo lo negativo del mundo pero recuerda que puedes elegir tu propia actitud; es tu decisión generar una actitud positiva o negativa. Créetelo porque es así como funciona nuestro cerebro.

  1. Derrotismo: El cinismo y negativismo se casaron y tuvieron un bebé. Ellos lo llamaron Derrotismo (Groucho Marx). El Diablito intentará engañarte haciéndote creer que no eres capaz. “No eres demasiado inteligente para poder controlarte” “Eres muy joven, muy viejo, muy feo, muy gordo o muy tonto” Intentará convencerte que tu eres defectuoso y no tienes las capacidades para lograr tus objetivos. Buscará hundirte mostrándote únicamente tus defectos para que pierdas el entusiasmo y fracases. Te hará sentir inseguro, con la autoestima baja, te incitará a rendirte. No te mostrará los beneficios de lograrlo sino más bien las limitaciones personales que te lo impedirá. Te dirá seguro que “todos pueden menos tu, porque tu eres diferente, torpe, …” te marcará aquellos aspectos personales que sabe que a ti más te molestan; puede ser un rasgo de la personalidad o una característica física, tu sexo, religión o aquello que te haga vulnerable para convertirte en un/a fracasado/a.

Antídoto: busca información si no la tienes y corrobora por ti mismo tus capacidades. Busca información de tu entorno, de otras personas, de ti mismo en otras situaciones y busca información que contradiga al Diablito. Nadie puede saber si es capaz de lograr o no algo si al menos no lo intenta y llega al final para lograrlo. Dite a ti mismo “nada va a pararme.” No te quedes lamentándote de tus defectos sino mira tus virtudes y duplica los esfuerzos para creer en ti mismo/a.

  1. Evasión: para poder controlarnos es necesario desarrollar un autoconocimiento, que consiste en ir tomando conciencia de los propios miedos, de cuáles son las partes e ti mismo que rechazan el cambio, que se resiste a avanzar, que no colabora y pone escollos para no progresar. Al profundizar sobre estos impedimentos aparecerá el diablito que tratará de impedir tu cometido con frases como ¿Qué tienen que ver estos ejercicios con aprender a ser mas organizado?” “Vamos a saltarnos la parte de los ejercicios, y sólo vamos a leerlos y pensar en ellos. Seguramente esto será suficiente. ¿O hacer una llamada telefónica en lugar de estudiar? “Estudiar justo ahora, no, ve a ver la televisión, mira que buen programa echan por la 2”… El diablito te indicará otras tareas “importantes” que inmediatamente deberían ser tenidas en cuenta, cualquier cosa en vez de hacer lo que debes hacer para lograr tus objetivos. Por lo tanto debes tener en cuenta que el diablito tratará de desviarte del ejercicio del día, sobre todo si el ejercicio en cuestión implica alguna clase de auto exanimación. Te seducirá hacia otra actividad que te proporcionará alguna clase de escape.

Antídoto: piensa que tus acciones son las causas de determinados resultados. Si estudias el resultado será aprobar, si no estudias, desaprobarás. Según la decisión que tomes de hacer o dejar de hacer algo, será el resultado que obtengas como consecuencia de ella. Si tienes claro el objetivo sabes que para lograrlo deberás tomar la decisión de hacer algunas cosas aunque no te apetezca o dejar de hacer otras que tengas muchas ganas. Piensa que no necesariamente tendrás que privarte de lo que deseas sino simplemente postergarlo un tiempo. Por lo tanto ese esfuerzo que hagas, redundará en un gran beneficio cuando empieces a experimentar el logro de tus objetivos, el éxito en las cosas que te propongas, el llegar a donde deseas.

Entonces cuando te encuentres intentando evitar la incomodidad de la auto-diciplina, de la auto-examinación y te vayas detrás de una actividad que te distrae, cuando el diablito trate de distraerte de tus objetivos, colgando una zanahoria delante de ti, pregúntate “¿esta es una táctica del diablito para sacarme de mi camino hacia mis objetivos?”

Recuerda el clásico cuento de la  zanahoria colgada delante de los ojos de un burro que es perseguida pero que nunca alcanza. No dejes que el diablito te convierta en un burro.

  1. Postergación: la postergación puede ir de la mano de la evasión: “lo haré luego de ver mi programa favorito”… Otra forma de postergación es lo que la mayoría de los que quieren hacer una dieta dicen; “este lunes empiezo la dieta”. Ahí es cuando el diablito pone una barrera entre tu objetivo y ti mismo haciendo que te inmovilices y dejes de avanzar en el camino correcto. Otra táctica de postergación es decir “no tengo tiempo”. Es verdad que muchas veces nos involucramos en tantas actividades que nos queda poco tiempo para hacer una nueva. Entonces será cuestión de priorizar y determinar cuál es la más importante y cuál queremos lograr. El poder organizar las horas del día y los días de la semana requiere de una buena autodiciplina y para ello es necesario tener a nuestro diablito trabajando para nosotros y no en nuestra contra.

Antídoto: Es reconocer si la postergación es adecuada, por una causa real impostergable y más importante que el logro de tu objetivo o está dada por una necesidad diabluna de evasión y distracción de tu objetivo principal. Diferencia si es una excusa para no implicarte en la tarea o si realmente es algo más importante o impostergable. Reconocerlo para que no te distraiga y no te infecte de negatividad es la clave para derrocarlo. Tu decides que y cuando! 

Recuerda: Dite a ti mismo que solo puedes tener éxito si cumples con tus tareas. Además, una vez que comienzas a usar tu nuevo conocimiento sobre la autodisciplina, realmente disfrutarás con tus logros. Ahora que puedes reconocer los métodos que el diablito usa para sabotear la autodisciplina, puedes ver también que cada uno de esos métodos forma parte de una auto-conversación interna negativa. 

Piensa que será más productivo para ti si esa auto-conversación interna es positiva, si alimenta tus esfuerzos y te anima a seguir. Si te dejas llevar por el diablito y la parte negativa de ti misma no serás capaz de lograr tus objetivos, pero si escuchas la parte positiva y te recompensas y refuerzas a ti mismo con palabras alentadoras y de fortaleza descubrirás que pronto obtendrás tu recompensa a través de tus logros.

El diablito puede transformarse en un ángel positivo si lo conviertes en tu aliado, si dejas de luchar contra ti mismo y utilizas esas energías en tu propio beneficio. Piensa en el diablito como un niño rebelde que solo quiere divertirse sin importarle que tú ya no eres un niño y tienes responsabilidades y objetivos que cumplir, él es egoísta y sólo piensa en jugar. Para ello sustituye los mensajes negativos del diablito por mensajes positivos que te permitan ir en la dirección de tus objetivos.