25 Feb 2015
febrero 25, 2015

¿que es la fobia?

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La fobia es el miedo injustificado, intenso y desproporcionado hacia algo, alguien o una situación. Es un miedo que se mantiene en el tiempo por más esfuerzo que la persona haga por controlarlo. 

El miedo puede ser adaptativo y beneficioso cuando se da en una cantidad adecuada y es generado por una causa justificada, como puede ser la visualización de una serpiente, o una gran araña, ya que le permite a la persona huir o defenderse de un peligro inminente, salvaguardando su salud y su vida.

La fobia, es un miedo desadaptativo, en la medida que dificulta la relación que la persona establece con el objeto que le produce miedo, afectando incluso, la relación con el resto de su entorno (trabajo, familia, amigos). La fobia limita la conducta de la persona, cuando está en presencia de ese objeto. Por ejemplo el miedo a las palomas puede impedir encuentros en lugares abiertos como una plaza o parque, donde haya palomas. El miedo a volar en avión puede dificultar su vida laboral si su puesto de trabajo implica realizar viajes frecuentes. Al mismo tiempo dificulta salir de vacaciones a lugares lejanos con la familia, y visitar a amigos que se encuentran a grandes distancias.

Generalmente la persona reconoce que su miedo es irracional, pero al no poder controlarlo, evita exponerse a dicho objeto o situación. Por ejemplo, no va de paseo para evitar encontrarse con abejas, no va al cine para no estar encerrado, no realiza viajes para evitar ir en avión, etc., y cuando no tiene otra opción que enfrentarlos, se expone a ellos a costa de soportar un gran malestar, por ejemplo si tiene que sacarse sangre, o ir al dentista, etc.

Pero cuanto más se evita la exposición al objeto que le produce miedo, más se cronifica la fobia. Al evitar ese objeto la persona se tranquiliza, se calma y vuelve rápidamente a la normalidad. Al repetir la evitación cada vez que se presenta la fobia, la persona es incapaz de aprender técnicas de afrontamiento para solucionar su problema, y en su lugar, aprende o se acostumbra a que la única solución posible para evitar el malestar, es huir. De esta manera, la evitación se transforma en un círculo vicioso, que refuerza el miedo y lejos de solucionar el problema lo acrecienta.

Además la fobia produce un sentimiento excesivo de ansiedad, y la persona se siente incapaz de poder controlarla. Muchas veces, si ve dificultada su posibilidad de escape, puede ocasionarle una crisis de pánico.

La fobia se activa cuando se percibe el objeto de la fobia, pero se acrecienta por la valoración errónea que se hace acerca de la situación o del objeto. Esta valoración es mantenida por creencias o pensamientos irracionales acerca de su propia incapacidad (soy débil, no podré soportarlo, voy a quedar en evidencia, etc.) y de las consecuencias que puede tener para la persona exponerse al objeto o situación. Mantener estos pensamientos hace surgir emociones como la vergüenza, ansiedad, ira, temor, etc. La persona no se da cuenta que son sus pensamientos los que generan esas emociones negativas acerca de sí mismo, y no el objeto o situación que le da fobia. Por lo tanto, pensar y cambiar esos pensamientos irracionales por otros más adecuados a la persona y a las circunstancias, posibilita que la persona pueda empezar a controlar la situación y a vencer la fobia.

Cualquier objeto es susceptible de ser tomado como fobígeno ya que la relación fóbica la establece la persona y la historia personal que tiene. Por ejemplo se le puede tener fobia a los lugares cerrados (clautrofobia), a los lugares públicos (agorafobia), a volar en aviones (aerofobia), al cáncer, a algunos animales, a los payasos, a las arañas, ratas, al dentista, a los trenes, a la oscuridad, a los ascensores, a los lugares muy altos, a ver sangre, etc. entre las más frecuentes.

En algunos casos la fobia comienza con una mala experiencia vivida con ese objeto o situación, y cada nuevo contacto recuerda la mala situación vivida, pero esto no siempre es así y en muchos casos la persona no puede relacionar su fobia con ningún acontecimiento consciente real.

Algunos de los síntomas más frecuentes son: 

  • Inestabilidad
  • Sentimientos de irrealidad
  • Miedo morir o percepción de muerte inminente
  • Sequedad de boca
  • Palpitaciones
  • Náuseas
  • Falta de aire
  • Miedo a volverse loco
  • Sudoración
  • Falta de aire
  • Sensación de ahogo o sofoco
  • Dolor torácico
  • Molestias torácicas
  • Temblor
  • Ansiedad anticipatoria
  • Escape
  • Evitación
  • Disminución de la tensión arterial
  • Desmayo
  • Percepción exagerada del estímulo